¡Hola a todos y a todas!
Hoy aparezco de nuevo por aquí para mostraros un cuento que escribí hace unos años cuando estudiaba el primer curso de la carrera de magisterio infantil. Concretamente, este cuento que os voy a mostrar a continuación, lo hicimos unas compañeras y yo para una práctica de la asignatura didáctica de la lengua castellana y literatura en la Educación Infantil, que en su momento resultó ser muy interesante y útil para todas nosotras. Recuerdo que fue mi amiga Olga la que dibujo digitalmente todas las ilustraciones y que al redactar el argumento de la historia, intentamos mostrar todos aquellos conocimientos que habíamos aprendido en la asignatura.
Hace unos días, revisando archivos, me encontré con el cuento y me pareció una buena idea llevármelo al colegio para contárselo a mis pequeños y pequeñas de la clase "Las Amapolas" y efectivamente, la historia les encantó, pero cuando supieron que había sido su seño Elena, la que hace unos años, había escrito ese cuento, aún les gustó más y me pidieron que lo volviera a leer. Les gustó tanto, que decidimos dejárselo a nuestros compañeros y compañeras de otras clases y cursos para que lo pudieran leer también, ya que el cuento, por sus características literarias, se adapta a cualquier curso del segundo ciclo de Educación Infantil.
Ademas, este cuento nos ha venido genial, ya que ahora mismo, en todas las clase de Educación Infantil, estamos trabajando el otoño y sus características, con lo que, el argumento del cuento nos viene... ¡Cómo anillo al dedo!
Espero que os guste mucho la historia y que la podáis utilizar con vuestros pequeños y pequeñas. Y a todos los estudiantes de magisterio, espero inspiraros mostrándoos aquello que hacía yo cuando era estudiante.
¡Abrazos virtuales!💙
Qué cuento más bonito!! ¿hace muchos años que lo escribiste?
ResponderEliminarHace ya unos cuantos años... pero sigue siendo igual de útil para contárselo a mis alumnos y alumnas!!
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